Nos pueden ocurrir a cualquiera en cualquier momento. Son involuntarios, no se buscan y a veces son impredecibles, por eso se llaman accidentes. Otra cosa es que luego se les catalogue de negligencias o casualidades. El estudio de los accidentes es mejor dejarselo a las personas competetentes en ello porque, en caso contrario, se corre el riesgo de hacer el ridículo o de parecer un fantasmilla. Una buena formación nos hará ser previsores, nos evitará sufrir la mayoría de estas casualidades fatales y nos hará disfrutar con plenitud de nuestra actividad. Pero ninguno seremos inmunes jamás a los accidentes. No tenemos +10 de escudo y en cualquier momento nos puede ocurrir algo a nosotros, o a nuestros conocidos, puesto que son muchos los puntos que debemos tener en cuenta y que no siempre tenemos. Cuando hablamos de los accidentes debemos ser cautos puesto que podemos molestar a las personas que los han sufrido, o conocen a quienes los sufrieron.
Quien más o quien menos conoce a gente que han tenido alguna incidencia fatal en montaña, lo que debe primar en nosotros es vigilar para que no nos ocurra.
En montaña nadie es más que nadie. Ni somos más que nadie por hacer una determinada actividad en la cual otros tuvieron algún percance (es como si hay un atropello en la calle y nosotros nos creemos alguien por cruzar sin percance... ridículo). Tengamoslo en cuenta... Si no sabemos de que hablar podemos recurrir al tema del tiempo.
Acertado comentario tron! No somos tantos en esto y al final siempre nos toca de cerca. Y nadie es más que nadie.
ResponderEliminarCuando quiero saber que ha pasado en ciertos casos, siempre desde el punto de vista que fácilmente podría haber sido yo o un amigo y como podemos evitarlo en un futuro.