Aquella mañana el hombre bendito se levantó cuando se le abrieron los ojos, vistiose y condujo hasta el parque regional. Entró sin esperar cola, guardó su mapita junto a la bolsa en la guantera porque el no lo necesitaba ya que jamás producía basura ni se perdía. Pidió un café en la Pilar y a pesar de ser el primero no tuvo que esperar a que se calentase la máquina. Acompañó el café con un donuts curiosamente de hoy. Al momento llegó su compañero con el macuto hecho sin tener que "repartir" material ni coger agua.
Subió hacia el yelmo como con tiralíneas, como una flecha en menos de una hora y sin perder el camino en ningún momento. Bebió agua tanto en la Gran Cañada como en la fuente del Yelmo. Ambas funcionaban a pesar de las pocas lluvias que hubo esa primavera anterior. En el trayecto vió la víbora de los Brezos, admiró a los machos cabríos con las mejores cuernas, los buitres le pasaron volando a tiro de piedra y los mirlos cantaban sin cesar a su paso. Ni siquiera sudó en la subidita.
Al llegar al Yelmo la vía elegida por ellos estaba vacía a pesar de haber no menos de 20 cordadas en la zona hetero. El paso de entrada se lo dió con soltura. No llevaba maillón puesto que no sabía lo que era abandonar. Ni las diferentes técnicas de abandono. Tampoco había perdido nada del material ni se le había caido nada nunca desde arriba. Eso si: usaba tanto magnesio que el compañero con acariciar un poco la roca ya iba suficientemente untado. A mitad del segundo largo dió sabios consejos a un chapero que se había atascado en un paso y ni parriba ni pabajo.
Cuando llegaron al final de la vía no vieron a nadie y destreparon descalzos la Valentina sabedores de ser los primeros en acabar así que ese día pudieron repetir otra vía antes de comer.
Al llegar la hora de volver tenía la costumbre de bajar corriendo hasta el coche. Oye, nunca tuvo un esguince. Ni siquiera un traspiés.
Y así un sábado tras otro... Jamás le ocurría ningún percance. Nada se salía de lo programado. Ni una sola incidencia en treinta años.
El tío era un máquina. Jamás fué aventurero...
Moraleja: cada cual que saque la suya...XD
Subió hacia el yelmo como con tiralíneas, como una flecha en menos de una hora y sin perder el camino en ningún momento. Bebió agua tanto en la Gran Cañada como en la fuente del Yelmo. Ambas funcionaban a pesar de las pocas lluvias que hubo esa primavera anterior. En el trayecto vió la víbora de los Brezos, admiró a los machos cabríos con las mejores cuernas, los buitres le pasaron volando a tiro de piedra y los mirlos cantaban sin cesar a su paso. Ni siquiera sudó en la subidita.
Al llegar al Yelmo la vía elegida por ellos estaba vacía a pesar de haber no menos de 20 cordadas en la zona hetero. El paso de entrada se lo dió con soltura. No llevaba maillón puesto que no sabía lo que era abandonar. Ni las diferentes técnicas de abandono. Tampoco había perdido nada del material ni se le había caido nada nunca desde arriba. Eso si: usaba tanto magnesio que el compañero con acariciar un poco la roca ya iba suficientemente untado. A mitad del segundo largo dió sabios consejos a un chapero que se había atascado en un paso y ni parriba ni pabajo.
Cuando llegaron al final de la vía no vieron a nadie y destreparon descalzos la Valentina sabedores de ser los primeros en acabar así que ese día pudieron repetir otra vía antes de comer.
Al llegar la hora de volver tenía la costumbre de bajar corriendo hasta el coche. Oye, nunca tuvo un esguince. Ni siquiera un traspiés.
Y así un sábado tras otro... Jamás le ocurría ningún percance. Nada se salía de lo programado. Ni una sola incidencia en treinta años.
El tío era un máquina. Jamás fué aventurero...
Moraleja: cada cual que saque la suya...XD
tos los sabados haciendo lo mismo, era el puto dia de la marmota.
ResponderEliminarprefiero ser aventurero que makina, prefiero que me den consejos y escucharlos bien, y prefiero tener un colega con el que nos echemos unas risas y unas regañifas por el material que portamos.
y prefiero el montañero a la pilar.
fin.
...bonito...pero un poco rayante...por cierto...magnesio en la pedri¿?...yo nunca...
ResponderEliminar..... Ehiiiii, Matao...
ResponderEliminarNo necesitamos ninguna educación
No necesitamos que controlen nuestros pensamientos
Ni sarcasmo oscuro en el salón de clases
Profesores dejen a los niños en paz
¡Hey! ¡Profesores! ¡Dejen a los niños en paz!
En conjunto es solo, otro ladrillo en el muro.
En conjunto solo eres, otro ladrillo en el muro.
No necesitamos ninguna educación
No necesitamos que controlen nuestros pensamientos
Ni sarcasmo oscuro en el salón de clases
Profesores dejen a los niños en paz
¡Hey! ¡Profesores! ¡Dejen a los niños en paz!
En conjunto es solo, otro ladrillo en el muro.
En conjunto solo eres, otro ladrillo en el muro.
"The Walll"...PINK FLOYD